En 1925, los surrealistas crearon un juego de creación colectiva, cada artista participante creaban una parte de la obra sin conocer por completo las otras partes, son los cadáveres exquisitos. Sostenían que la creación, debe ser grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática. De hecho, muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: « Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo).
Nicolas Calas –vanguardista suizo- sostenía que un cadáver exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado, Max Ernst observó que el juego funciona como un 'barómetro' de los contagios intelectuales dentro de un círculo de creadores.
Durante los años 80 el galerista Bruno Bischofberger, favoreció la reinterpretación de obras clásicas por parte de artistas contemporáneos - Julian Schanbel sobre Caravaggio o David Salle sobre Giacometti y Watteau. También en esa época impulsó la colaboración entre tres artistas contemporáneos, Clemente, Basquiat y Warhol, que ejecutaron obras en trío.
Javier Soto, Jorge Nava y Juan Fernández se unirán para la creación de una obra conjunta, convirtiendo la galería y los alrededores en su taller.
El trabajo será filmado y proyectado en la vía pública.
...“ El cadáver exquisito tomará el vino nuevo ”...
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